Un paquete frío

¿Qué hicieras si recibieras una mano humana en un paquete por correo? Si eres igual que Lorenzo, inmediatamente llamaras a la policía. Lorenzo era un comerciante de valores que iba de viaje de negocios a Manila para conocer a algunos clientes potenciales y estaba empacando su equipaje cuando sonó el timbre de su lujosa casa.

El paquete lo había entregado el mismo cartero que siempre entregaba sus compras en línea, por lo que no le había dado importancia hasta que sintió que la caja estaba un poco fría. Recibió la conmoción de su vida cuando el olor a carne en descomposición llegó a sus fosas nasales.

Se sintió aliviado cuando llegó la policía y le preguntaron si había estado involucrado en algún altercado o si había recibido amenazas contra su vida. Además de los habituales clientes enojados que eran demasiado tontos para saber cómo funcionaba el mercado de valores, lo único que le había venido a la mente era esa anciana vagabunda que le había dicho que pronto encontraría su perdición, pero ese tipo de indigentes locos siempre están haciendo una estafa.

La policía tomó el paquete y Lorenzo terminó de hacer las maletas. En el tren de camino al aeropuerto, vio brevemente un artículo de noticias que mencionaba que se habían encontrado algunos restos humanos en una instalación de clasificación de correo. Esto le llamó la atención, y una vez en el aeropuerto miró todos los periódicos para averiguar más. Compró tantos periódicos como pudo, ya que extrañamente no pudo encontrar el artículo que había visto en el tren.

Un día después, la policía llamó a la oficina de Lorenzo para dar seguimiento al incidente ocurrido el día anterior. La recepcionista les confirmó que Lorenzo se había registrado en su habitación de hotel, pero no habían tenido noticias de él después de que se fue para reunirse con su cliente.

Sin embargo, mientras esperaban noticias sobre su paradero, recibieron una escalofriante revelación ... consiguieron una coincidencia en las huellas dactilares de la mano que había estado en la caja ... pertenecían a Lorenzo.